Bon jour!
Estaba yo el otro día frente a mi armario estudiando qué
ponerme estos días que no son ni chicha ni limoná, ahora hace frío y después
calor, cuando LO vi.
No, no era un pony.
Era LA CAMISETA, LA CAMISETA MALDITA. Hacía un año que no la
veía… Veréis, no es que le guarde rencor, bueno sí… Pero hay una razón sólida
para ello. Esta camiseta es la mítica pieza de ropa que todos tenemos escondida
en el epicentro de nuestro armario, sea porque nos recuerda a algún momento de
nuestras vidas que queremos olvidar o preservar, sea porque siempre que hemos
llevado esa pieza de ropa el día nos ha salido del revés.
La sumergimos en el fondo del armario con el propósito de no
encontrarla nunca, hasta que un día, damos con ella. Una imagen fugaz pasa por
nuestra mente instantáneamente. Y ahora viene lo que me hace más gracia: ¡no
nos la podemos poner nunca! Así que se acaba convirtiendo en UNA RELÍQUIA
PERSONAL.
Es bonito como la moda puede convertirse en algo
emocionalmente tan valioso… Ah! Y también hay ese prototipo de regalo de un
amig@ que, por muy horrendo que nos parezca, preservamos porque nos recuerda su
amistad y aprecio.
Pensadlo, seguro que hay alguna pieza de vuestro armario
escondida por ahí que os haga recordar momentos que parecíais haber olvidado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
COMENTA!